Y el viento me trae el aroma de tu perfume, de tu veneno

sábado, 21 de abril de 2007

El profe.




Cada vez que mira hacia el tablero nota esa leve elevación de mi ceja derecha. Deja ver esas porciones carnosas, redondas, grandes y torneadas en las que quiero poner mis manos aunque el pantalón haga una muralla difícil de vencer ante tanto espectador.

Me encanta cuando en medio de su clase, tratando de captar la atención de mis compañeros, se para a mi lado y pone a escasos centímetros de mi cara ese punto que me encanta, tan apretado, tan discreto; ­dulce y placentera espada con la que muchas de sus alumnas sueñan tener en mano, en su boca, en su cueva de deseo…y yo, no soy la excepción.

Lo veo pasar y disfruto. Lo escucho hablar de Short List, de estrategias publicitarias y yo sólo deseo.
No puedo evitarlo, no quiero evitarlo…lo mejor es que él sabe que es así y le gusta… Además ha pasado de ser mi profesor de publicidad a ser el de anatomía erótica y hoy, en medio de las sábanas, tengo el examen final… ojala no me repruebe.
Fotografía: Arejandera.

1 comentario:

juanola dijo...

Seguro que estar atentas a sus clases no te supone ningún esfuerzo y en su asignatura estás más motivada que en ninguna otra.

Aprovecha esta situación.

Saludos